Acomodar el pasado para creer que existe un mejor presente es algo que todos hacemos, pues Ryan Murphy – productor de reconocidas series de televisión como American Horror Story, Glee, The Politician o Scream Queens – se ha planteado cómo sería hoy la industria de Hollywood si en los años cuarenta se le hubiese plantado cara al racismo, la homofobia y la desigualdad de género, qué cine tendríamos en la actualidad.
El debate sobre la agenda forzada de Hollywood cada vez se hace más frecuente, la discusión de la audiencia sobre si las historias incluyen de una manera forzada personajes interraciales, parejas homosexuales o figuras feministas sólo por verse “moderna” o quedar bien con la minoría, ha ido en aumento.
Hay que tener en cuenta que el cine puede llegar a ser una inspiración para la sociedad, ya sea de una forma positiva o negativa, y Hollywood claro que ha tenido un enorme peso en la forma en la cual percibimos las diferentes realidades; por ejemplo, hoy puedes sentir una mayor representación al ver una película, porque quizás hay más variedad, pero la realidad es que hace treinta años no se contaba con esta “diversidad” y mucho menos si retrocedemos cincuenta más, a la época donde se sitúa la serie, los 40s.

En la serie podemos conocer a Jack Castello, un joven ex militar de la segunda guerra mundial que sueña con volverse un gran actor, quien recién se muda a la ciudad de los Ángeles persiguiendo su sueño de convertirse en estrella del cine. Intenta ser extra en algunas películas, pero al poco tiempo y al igual que cientos de personas que están siguiendo el mismo sueño, se da cuenta de todos los obstáculos que implican estar en la industria de Hollywood, entrando en la prostitución.
Yendo al grano, se puede decir que la serie genera una gran controversia por su visión utópica de una realidad en los años 40, que incluso se puede afirmar que no existe ochenta años después, lo que existe es una “fachada” de inclusión, la prueba de esto es la manifestación del #OscarsSoWhite nuevamente en esta entrega de los premios 2020, el cual denuncia la falta de personas afroamericanas dentro de los dominados, o la ausencia de directoras en competencia.

La trama de “Hollywood” está saturada de situaciones inverosímiles, agujeros en la historia y situaciones demasiado convenientes para los protagonistas. A medida que avanzan los episodios van perdiendo fuerza y caen nuevamente en lo común, sobre todo que irónicamente pasa de ser una historia que critica la forma de hacer cine en Hollywood, a ser una producción más.
El optimismo de esta serie quizás llega a ser excesivo, llevando a los personajes a situaciones tan geniales, que se vuelven inverosímiles, aburridas y superficiales. Hacia el final de la historia por la escasez de conflicto, tanto positivismo en lugar de resultar motivante, llega a percibirse como falso, plano, en otras palabras incongruente.
Pero no todo es malo, en términos generales se puede disfrutar a los personajes y el retrato retorcido de la época, te puedes llegar a encariñar con algunos personajes, pero sobre todo te hace pensar en la magia que hay detrás de la realización de una película, los sueños individuales que se trabajan en colectivo para llevar una sola historia a millones de personas.
En conclusión, si andas buscando una crítica más fuerte, te advierto que esta serie no lo hace, porque si bien expone un poco el racismo y la homofobia de la época, lo hace de una forma ligera y “divertida”, así del mismo modo se vuelve “entretenida” y en la misma línea satisfactoria para una audiencia que no exige una postura política. Se expone el grave problema de violaciones en Hollywood, pero se plantea, y sin embrago lo dejan pasar; lo cual tiende a ridiculizar el tema y las diferentes luchas de inclusión. con un final decepcionante y aburrido, la serie se convierte en unas horas de entretenimiento con una pequeña reflexión y un final feliz, algo muy Hollywoodense en la época dorada.





