Todos hemos escuchado que han sido vistas. Que las vieron volar en bolas de fuego, que incluso se quitan los pies para volar. Que se comen a los niños para mantenerse jóvenes pero, ¿todavía existen las brujas? Decifraremos el libro de Mariana Enríquez: Las Cosas que Perdimos en el Fuego.
Las brujas son fundamentales en esta época del año. Son seres que han sido aclamados desde todas las culturas y muchas historias alrededor del mundo. Podemos encontrarlas desde la biblia, con la bruja de Endor, o en la mitología clásica con las estirges; incluso con la mitología griega tenemos a Circe, la hechicera que convierte a los enemigos en cerdos.
Pero fue ya con el movimiento renacentista donde entra la obra de Alberto Durero para iniciar un statement de cómo se ve una bruja, qué la caracteriza, cuál es su vestimenta, su forma de expresarse, etc.
De ahí también surgen referencias visuales con Goya en su colección “Los Caprichos” donde todo giraba en torno a estos seres. A pesar que Goya no creía en las brujas, sus pinturas fueron reverente visual para cómo son las brujas actualmente.
Y todo esto nos lleva a la actualidad, en donde la pregunta principal es sobre la existencia de dichos seres en nuestra vida cotidiana. Para ello llegamos con Mariana Enriquez, una escritora, periodista y docente argentina que en su libro “Las Cosas que Perdimos en el Fuego” nos habla de un tipo de brujas actual, en el cuento que le da nombre al libro.
Mariana Enríquez nos explica otro tipo de bruja, en donde las brujas no solamente continúan existiendo, sino que están con nosotros en la vida cotidiana. Sin lugar a dudas es un libro que tiene que leerse en esta temporada. Y no lo digo simplemente porque sea época de terror, sino porque nos hace ver más a consciencia algunas situaciones que, drásticamente, salen a notar en cada cuento de Mariana Enríquez.
Pobreza, delincuencia, violencia, son cosas que lamentablemente unen a toda Latinoamérica y a sus calles, y que son un reflejo en el cuento de una sociedad que todos conocemos, no importa de dónde la leas.
Estas brujas que nos presenta Mariana Enríquez en la que yo considero su obra cúspide, son más terrenales, alejadas de los hechizos y las pociones. Van en el subte pidiendo una moneda o pasan a lado de ti con la cara quemada con ácido.
Ahora, las brujas siguen siendo revolucionarias, defensoras, amigas, hermanas. La connotación negativa que se le había pegado a la palabra ha sido desprendida y tirada a la basura. ¿Las brujas siguen existiendo? Sí, están cerca de nosotros y ahora no se esconden.
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