A lo largo de la historia, lo que sucede en medio de las piernas de las mujeres es un tema inherente del tabú; que se debe disimular, que da vergüenza, asco, y hasta tristeza, y pese a que es un ciclo natural, se niega o se ignora. Se suele hablar de la menstruación en sentido figurado y desde la metáfora “creativamente” estructurada; “Me llegó Andrés, el de cada mes”, “estoy en mis días”, “tengo la regla” entre otras, son cosas que comúnmente sueles escuchar.

El arte y su expresión siempre ha tenido la posibilidad de quebrantar canones, a través del cual puedes comunicar de formas infinitas, mediante la utilización del cuerpo hasta pasar a lo digital, así te brinda la posibilidad de decirle al otro que “no estoy de acuerdo”, “estoy viva o vivo”, que existimos y por ende sentimos. Muchas mujeres en diferentes partes del mundo han entendido de la mejor manera los dos aspectos anteriormente mencionados, teniendo como consecuencia crear diferentes mensajes para normalizar algo que nunca debió ser visto como raro.

Apropiarse del ciclo menstrual

Lo que ha hecho Vanessa Tiegs con “Menstrala” es utilizar la sangre menstrual diluida, básicamente como si fuera una acuarela, mediante instalaciones y los talleres de pintura, buscan y logran que diferentes personas, tanto mujeres y hombres, participen en la creación, con el fin de hablar de la menstruación abiertamente elevándolo a la categoría de arte.

Finalmente las obras en sí, son el universo del que pinta respecto a cómo percibe la menstruación y básicamente la invitan a atreverse a verla con los ojos del artista.

Es cierto que romper los tabúes que rodean a la menstruación requiere una acción educativa por parte de los estados, pero la relación con la obra ayuda a cuestionar la vida en sí, y la percepción que has tenido con la menstruación y el ciclo femenino, así mismo se genera una reflexión sobre la percepción social del menstruar, un evento que por siglos ha estado cargado
de connotaciones negativas. Carina Úbeda con su instalación  “Paños” conservó durante cinco años su sangre menstrual en paños de algodón, con el fin de exponer la normalidad de que es algo con lo que se vive.

Buscar la reconciliación

El proyecto llamado “There Will be Blood” muestra a mujeres en actividades que realizan dentro de la cotidianidad durante su menstruación, algo normal pero que debido a la estigmatización del tema genera un impacto en los espectadores, que a su vez envía un gran mensaje de conciencia.

Romper paradigmas

A lo largo de su existencia el diseño ha tenido la función de componer y ordenar la información para hacerla más clara al espectador, y también se le ha ido enlazando con el ámbito mercantil, sin embargo el hecho de componer mediante herramientas digitales, permite como lo indica el arte, ser un instrumento de crítica, y el trabajo de Raquel Córcoles  con “Moderna de pueblo” es base crítica para observar cómo estos mitos crucifican el sangrado natural de la mujer.

Quizás te preguntarás, qué tiene de importante esto, pues lamentablemente las normas socioculturales dañinas, el estigma, los prejuicios y los tabúes que aún existen en torno a la menstruación siguen siendo una de las principales causas de exclusión y discriminación de mujeres y niñas, en algunos países, son consideradas repulsivas e impuras mientras están
menstruando y se les imponen restricciones de todo tipo, no se les permite tocar el agua, cocinar, no pueden participar en actividades comunitarias, peor aún, en ciertos lugares no pueden entrar a las casas y se les confina en lugares donde sufren frío y aislamiento, además de correr el riesgo de contraer enfermedades o sufrir ataques de animales.

La percepción negativa sumada al tabú, hace que muchas mujeres manejen su menstruación sin información, en secreto, y sin las condiciones de higiene necesarias. incentivar la normalización de la experiencia menstrual mediante el arte, empieza a ser una pieza fundamental para promocionar un cambio de actitud en la sociedad y romper el tabú existente de la menstruación.